“Lo que es bueno para el bosque es bueno para el hombre”
Todo lo bueno es libre y salvaje, Thoreau.
Historia
Caminaba el año 2013 y los habitantes de La Ciudad Sin Nombre se guardaban en los sueños de Arturo Babel -dramaturgo, actor y director- Sus sueños se hicieron realidad con la primera palabra escrita en un folio en blanco, el nombre de este nuevo proyecto sería DE LAS FICCIONES. Y como todo camino tiene sus cruces, el cuerpo de Arturo se cruzó con el de Darío Sigco -dramaturgo físico, actor, director y formador- Dos mentes deseosas de poner la carne encima de un escenario, delante de un público. Ambos artistas apostaron por aunar texto y cuerpo, fiesta y glamour, risas y llantos. Así llegaron juntos al Festival Fringe Madrid 2014. De la mano de casi dos decenas de actores y actrices cargaron de plástico, vino y drama la escena contemporánea de aquel año.
2014 Llegó pomposo de buenos augurios, ambos directores comenzaron a encontrar su método de trabajo, su equipo y todas las motivaciones necesarias para seguir adelante con ambiciosos y arriesgados proyectos. Entonces los que aguardaban en sueños florecieron, quizá de recuerdos o realidades paralelas, los habitantes de la Ciudad Sin Nombre nacieron en forma de capítulos. Comenzaba el decálogo más esperado por ambos directores; el de sus propias creaciones.
Fin.Landia -con Irene Galán- fue el primer capítulo que nació de una poesía. Destinado, por las medidas precarias en las que nos encontrábamos, a ejecutarse en una habitación de un edificio en el centro de Madrid (hogar de uno de estos kamikazes) y con ánimo de estrenar a modo de micro teatro, este proyecto cambió su rumbo y pudo estrenarse en un espacio con butacas y luces, con la ayuda de Luis Muñoz y su, por entonces, Nao8 (sala de teatro alternativo de Madrid). Con este capítulo fueron finalistas en XXV Certamen de jóvenes creadores del Ayuntamiento de Madrid y actuaron en el prestigioso Teatro Victoria de la ciudad de Toledo.
2015 significó un año lleno de nuevos horizontes. Horizontes de plástico, amor y cuadros. Estrenaron su segundo capítulo en Nao8 (esta vez la sala pasó a ser de su buen amigo Carlos) Todo es plástico -con José Ramón Arredondo- significó madurez en el trabajo conjunto de ambos artistas, por lo que se adentraron, ese mismo año, en un nuevo proyecto: BisturíGallery (proyecto de acciones teatrales en la galería de arte Espositivo, Madrid) , con tres piezas diferentes: IcaroSumergidos, MetamOrfósis y Desengaño
Para Enero de 2016 reciben la noticia de su primera subvención como colectivo de artistas independiente: INJUVE, Ayuda a la creación. Con dicha ayuda componen su primera súper producción: El Funeral de los Necios. Estrenan en la RESAD y viajan a León para subirse a las tablas del Teatro Albéitar.
Estamos en el 2017. Consiguen uno de los premios HACEMOS, otorgado por PODEMOS, dentro del programa IMPULSA. Dicha convocatoria nace con el fin de constituirse como una herramienta que permita el desarrollo de proyectos innovadores con proyección social. Este premio está dirigido a desarrollar su proyecto Hacia una Dramaturgia Constituyente, para llevar a cabo una investigación dramatúrgica y física que fusione Cultura y Debate. De esta investigación nacerá el texto y el cuerpo del tercer capítulo de la Ciudad Sin Nombre: Siboney, la puta
No podemos olvidarnos de todas esas personas y entidades que hacen posible que nuestro recorrido siga a flote, desde el amor a nuestro trabajo y siendo fiel a nuestras ideas queremos agradecer a:
CAJA NEGRA TAM, por ser nuestras agujas e hilos. Compañeras de vida teatral.
LA NAO8, por ayudarnos a levantar después de una caída.
Carlos Fierro, por su sala de ensayos y su espacio para nuestra escenografía.
Luis Muñoz, por tendernos la primera mano.
Todos los que formaron parte de nuestra primer producción DE LAS FICCIONES, por su confianza.
Todos los y las artistas que nos acompañan en nuestros procesos creativos, por la paciencia y el coraje.
Nuestras familias.
Nuestros amigos
Y a nuestros amores -del presente y del pasado- porque sin ellos no hubiésemos navegado en la cárcel de nuestras costillas, y es que no hay luz sin oscuridad.